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miércoles, 13 de noviembre de 2013

R.I.P Debra Morgan (tenéis que estar tomándome el pelo...)


¡Joder, Dexter!




Por regla general las series norteamericanas sufren de una dolencia bastante común: el alargarlas  cuando no deben ser alargadas. Este mal origina que dicho producto, pese a ser de gran calidad en origen, acabe desvirtuándose por las ansias de dar más vida a quien debería tener los días contados. Como consecuencia, la idea primigenia se desvirtúa por completo y el espectador, en un melancólico ejercicio de fidelidad, apuesta por seguir viendo la serie, pese a saber que es una auténtica patraña. 
El ejemplo práctico de lo aquí señalado es Dexter (Showtime, 2006-2013)

El argumento gira en torno a la vida de Dexter Morgan, analista forense de día y asesino en serie de noche. Pero Dexter no es un asesino normal, sino que es un asesino de asesinos, porque Dexter tiene un código y Dexter tiene un plan que sigue a rajatabla. Las variantes que pululan en torno a este modo de vida tan milimetrado y perfecto tienen -¡oh, sorpresa!- nombre de mujer y cada una de ellas se amolda, justifica o empatiza un rasgo de la personalidad del protagonista:




Rita (lo que Dexter no es): padre, amante, marido... Rita no ve la parte oscura de Dexter y a éste le viene bien esta realidad. Rita es la sumisión, lo tranquilo, lo seguro, lo falso.




Lila (lo que Dexter no deja ver): ella se enamora del "oscuro pasajero", de lo turbio, de lo amenazante. Es lo salvaje, la válvula de escape.




Lumen (el equilibrio... o casi): ella conoce las dos partes de Dexter, pero no las acepta. Le sirve momentáneamente pero se va, no puede permanecer a su lado indefinidamente. 




Hannah (el alter ego): fue, es y será una asesina. Dexter pretendía matarla siguiendo a su código pero acaba enamorado de ella -(¿dónde demonios quedó el Dexter insensible que tanto gustaba?)- e incluso le confiará la crianza de su hijo. 

Estas cuatro mujeres que pueblan la serie desde la primera a la última temporada interfieren continuamente y de maneras diversas en el quehacer de Dexter Morgan pero son caracteres supeditados a él, a sus acciones, a sus querencias. Excepto una. Una maravillosa, imperfecta, compleja e injustamente tratada: DEBRA MORGAN (¿no se pueden poner corazoncitos aquí?)


Hermana de adopción de Dexter, Debra es un personaje espléndido y no precisamente porque reúna una serie de características a imitar, sino porque aglutina una serie de defectos que nos son aplicables a la gran mayoría de los espectadores, provocando así una empatía e identificación con el personaje abrumadores. Para empezar Debra Morgan es maleducada, su vocabulario se construye a base de palabras malsonantes, improperios e incluso frases soeces. Para seguir, su ropa no se ajusta a los extremos, incómodos e injustos patrones de la moda actual, pues ella viste con ropa cómoda, anteponiendo su trabajo a su estética -(gracias de todo corazón)- y para finalizar se convertirá en la jefa de departamento. Y aquí es donde este personaje es loable a todas luces, puesto que ella es consciente de sus limitaciones, en cuanto a juventud, pero también de sus capacidades. Así que con miedo y respeto, con miles de dudas, conseguirá la aceptación de todos sus subalternos. 

¿Y entonces dónde está el problema? Es una mujer poderosa y eso nos gusta pero la felicidad no puede durar. Así que, estupefacta, en la sexta temporada asisto perpleja y ojiplática al "estoy enamorada de mi hermano" 

¿QUÉ?

¿¿¿QUÉ???

NO, EN SERIO ¿¿¿QUÉ???


¡Qué forma tan espeluznante de someter al personaje más rico de esta serie al modelo patriarcal que representa Dexter Morgan! Toda la serie gira en torno a su ego, todo le sale bien y quien no se ajusta a su modelo, muere, máxime si eres mujer (a excepción de Lumen que decide irse)
Debra Morgan pasa entonces a estar totalmente sometida al devenir de su hermano y esta situación se agudiza cuando descubre que es un asesino en serie, convirtiéndose en cómplice del mismo. 
¿Y qué pasa con María LaGuerta? Las matemáticas para esto son infalibles:

LATINA + PODER+ MUJER+ OPOSICIÓN AL PROTAGONISTA = MUERTE


Siendo uno de los finales más injustos que he visto en mi vida y haciendo honor al maravilloso personaje que encarnó Jennifer Carpenter, os dejo un vídeo donde da lo mejor de sí misma. Porque nunca la palabra "joder" dio tanto de sí...