Etiquetas

miércoles, 17 de abril de 2013

¿Que quién teme al feminismo feroz? ...pues parece que media Salamanca...














Desde el año 2011 soy educadora en un museo. Trabajo con niños y me gusta. Les enseño lo que es la fotografía abstracta, lo que son las esculturas contemporáneas, lo que es la pintura sin pintura o la pintura expandida, lo que es un collage, que expresen lo que sienten mediante acuarelas y música, a manipular obras de arte y darles un sentido cómico y crítico... 

Todos mis talleres han estado llenos desde el primer momento e incluso he tenido lista de espera. Siempre. Menos esta vez.

Y sé que la única razón por la cual no se me agolpan los niños como otras veces es porque he insertado la palabra FEMINISMO, la bestia negra, el innombrable y el más injustamente tratado de todos los movimientos revolucionarios en el título.

Incluso cuando llaman para apuntar a sus hijos hay padres que preguntan si les voy a inculcar "ideas de esas" en la cabeza. Yo, ingeniosa como siempre, aconsejo que les contesten sí y que les dejen bien claro que "esas ideas" son tolerancia, respeto e igualdad entre ambos géneros. Porque, amigos mío, eso ha sido siempre y es el feminismo.

Soy feminista, me encanta ser feminista y creo que el mundo iría mejor si todos lo fuéramos. No se trata de la mujer como ser superior al hombre, es agotador repetirlo pero necesario para aclararlo, sino de IGUALDAD.

Es un movimiento que tiene más de 300 años y aún a día de hoy tenemos que leer auténticas gilipolleces procedentes de medios de comunicación como "La guía de la buena esposa" de Venus O'Hara el 15 de abril (http://nuriavarela.com/como-ser-un-felpudo-segun-el-pais/) que hacen retroceder a pasos agigantados todo lo conseguido con tanto dolor por nuestros ancestros. ¿Cómo puede el puto País publicarlo tan siquiera? ¿cómo se puede seguir confundiendo feminismo con hembrismo? ¿cómo puede generar tanta desconfianza aún el movimiento más justo que ha existido nunca, pues pretende igualdad entre sus individuos?

Lo satisfactorio de mi trabajo es que, al final, el entusiasmo de los nenes me compensa de lleno. Cuando salen diciendo lo bien que se lo han pasado, cuentan a sus padres lo que hemos hecho (¡y lo hacen gritando de emoción!) se me pasa en parte el cabreo...







1 comentario:

  1. Ojalá fuese como dices, pero ese feminismo se ha desvirtuado mucho de lo que debería ser y ahora sólo se usa para combatir lo que parece (y es lógico que lo parezca) su antítesis: el machismo. Viendo lo que se ve por ahí, incluidas cosas tan mal hechas como la ley de violencia de género y más barbaridades... casi es normal que la palabra feminismo asuste.

    ResponderEliminar